En un articulo publicado en el New York Times titulado “Juegos mentales: A veces una bata blanca no sólo es simplemente una bata blanca”, por Sarah Blakeslee, se saca a relucir el tema de cómo lo que llevamos afecta no solo a cómo nos ven los demás, sino cómo afecta nuestro comportamiento, particularmente la manera en la que enfrentamos nuestro trabajo.

En suma, Sarah Blanslee, explica cómo según estudios realizados y redactados en el sitio Web “The Journal of Experimental Psyschology,” uno de los médicos, tras haber estudiado el tema, llegó a muchas conclusiones que apoyan la idea de que “La ropa invade tanto el cuerpo como el cerebro, y cambia el estado psicológico de la gente”. Así que, si quieres cambiar cómo te sientes tú misma, cómo enfrentas el trabajo o cómo te ven los demás, cambia tu look.

Soy profesora y antes me ceñía a colores sombríos, verde aceituna, grises y negros y lo cierto es que los alumnos no se abrían tanto al diálogo. Creo que daba un aspecto rígido y frío en vez de un dar una imagen más desenfadada y relajada. Todo eso cambió cuando dejé de lado el negro, creo que solo tengo un par de prendas negras en el armario para ocasiones puntuales, y ahora mi armario está lleno de color. Me costó al principio salirme de los colores oscuros porque no me gusta llamar la atención, pero una vez me fui atreviendo, poco a poco, a llevar colores más alegres, no solo me vi y sentí más alegre yo, sino que mis alumnos se sentían mucho más cómodos a la hora de hablar y conversar de cualquier tema. Estoy segura de que más de una ha sentido un efecto positivo cuando se ha atrevido a cambiar de look.

Qué cambiar y por qué:

Si usas siempre colores grises y negros, opta por colores más vivos, siempre y cuando tu trabajo no exija un riguroso estilo profesional. Aun así, un traje de chaqueta con un fular de color llamativo puede estimular un look mucho menos severo, alegrando tu atuendo y tu humor.

Aunque tiendas a ponerte ropa de trapillo porque piensas que “total, con los peques me voy poner perdida”, esa no es excusa. Tienes lavadora y te mereces llevar ropa que te guste y te haga sentirte atractiva y alegre.

Muchas mamás acaban por llevar sólo calzado bajo o playeras para poder correr tras los niños, pero también existe calzado bien cómodo con algo de tacón que te permite hacer lo mismo. Un tacón mediano es mejor para la espalda, cosa que si eres mamá suele ser un problema que viene de tanto aupar a los pequeños. Las mujeres solemos tener una predilección por los zapatos, pero tener hijos quizá haya hecho que dejes los tacones altísimos de lado, sin embargo, aún puedes lucir medio tacón cómodamente. Hay mucho calzado ahora bonito y cómodo para aquellas que se pasan el día a la carrera, como el que ofrecen las siguientes marcas: Frye company, Ecco, Gentle Souls, Camper y Kork-Ease.

Si siempre recurres a camisetas porque es lo mas cómodo, no tienen por qué ser negras, grises, blancas o la que te dio la escuela de tu hijo para la carrera a la que le acompañaste… puedes optar por diseños de camisetas bien originales, de tu talla y con estampados y colores atractivos. Te verás mejor y no te sentirás como si hubieses pillado lo primero que había a mano en el cajón.

Si solo llevas vaqueros, opta por diferentes tipos. Hay marcas que hacen de todos los colores y modelos. Largos, cortos, ceñidos, anchos a lo “boy friend”. Los combinas con unas playeras monas de moda y lista. Recuerda que ahora los vaqueros también se llevan para vestir. Todo depende de con qué los combines.

Vuelve a los vestidos. Con una simple prenda te quitas de agobios y combinaciones. Los vestidos que vienen también son deportivos. Así que no hay excusa para no verse más femenina. Intenta apartarte del negro y que sea de colores más vistosos.

Chaquetas: las chaquetas no son lo que eran. Antes, las rebecas eran simples, de botones y eran muy conservadoras, pero ya no. Hay chaquetas largas hasta los pies, cortas, medianas, de múltiples diseños que modernizan tu look.

Ropa de abrigo. A veces nos conformamos con ir calentitas y pensamos que lo que cuenta es lo que llevamos debajo, así optamos por un abrigo neutro, marrón o negro, pero lo cierto es que, a veces, ni los demás, ni nosotras llegamos a ver mucho de lo que llevamos debajo durante el invierno con el ajetreo de la rutina. Así pues, ¿por qué no ponerle más color y estilo a una prenda que usamos durante los largos meses fríos?

Cierto que todas tenemos nuestro propio estilo pero, a veces, ese estilo es debido a que nos sentimos simplemente seguras y nuestro humor cambiaría si nos atreviéramos a lucir diferentes prendas. ¿Cómo quieres verte? y, ¿cómo quieres que te vean? Contesta a estas preguntas y busca la ropa que mejor te defina.