Brennan Savage fue uno de los bomberos de Nueva York que apoyó en la conocida Zona Cero. Foto José Antonio Avilés.

NATIONAL CITY.- El 11 de septiembre del 2001 cientos de bomberos llegaron a la conocida Zona Cero de Nueva York pero muchos no lograron salir.

Brennan Savage fue uno de los miembros del heroico cuerpo de rescate que hace 18 años vivió la tragedia en carne viva y aún vive para contarlo.

Es de los pocos que logró ver los escalofriantes momentos en que los aviones se impactaron contra el extinto World Trade Center

“Los dos edificios estaban derrumbados cuando llegué ahí pero mi mayor recuerdo de ese momento fue que no vi ni una gota de sangre sino mucho escombro y polvo”, reveló Brennan Savage, bombero retirado de Nueva York.

Brennan fue reconocido como héroe en la estación 34 de Bomberos de National City duraqnte la conmemoración del XVIII aniversario del 9/11.

“No vi mucha gente herida porque solo había polvo por todas partes” que cubrían donde sea”, confesó Savage,

CEREMONIAS OFICIALES

En las afueras de la base de bomberos se colocó una gigante bandera en lo más alto de una escalera área de una de las unidades.

Dieciocho años después de los ataques terroristas, policías de las diferentes corporaciones de California coincidieron en que el once de septiembre siempre será una fecha especial para reforzar las estrategias de seguridad.

“Los bomberos, todos los departamentos de policía estatales, federales, trabajamos juntos y entrenamos juntos”, señaló José Téllez, jefe de la Policía de National City.

El once de septiembre del 2001 casi tres míl personas perdieron la vida en  Washington, Nueva York, y Pensilvania.

La historia cambió y entre los ajustes se creó el Departamento de Seguridad Nacional  y la percepción de los viajeros que diariamente cruzan la frontera entre Tijuana y San Diego cambió para siempre.

“Es parte de recordar y tener esas memorias, pero más bien que la historia no se vaya a repetir”, indicó Alejandra Sotelo Solís, alcaldesa de National City.

PAUSA EN GARITAS

El pasado once de septiembre, antes de que saliera el sol, iniciaron las conmemoraciones de la peor tragedia de la historia moderna de Estados Unidos.

Los puertos de entrada del Sur de California hicieron una breve pausa en su operatividad a las cinco cuarenta y seis de la mañana.

Los agentes de Aduanas y Protección Fronteriza dejaron las casetas de inspección vehicular y contemplaron con respeto la bandera estadounidense que fue colocada a media asta.

A las 5:49 de la mañana los agentes del CBP volvieron a sus lugares de trabajo para reanudar las revisiones, es decir tres minutos después.