En caso de un pariente suyo este al cuidado de un centro o de un cuidador, comuníquese con ellos para ver sus necesidades.

La pandemia COVID-19 amenaza la salud de millones de personas en este país y en todo el mundo, pero el novedoso coronavirus presenta desafíos únicos para más de 5 millones de estadounidenses que viven con Alzheimer y más de 16 millones de familiares y amigos que los cuidan.

“Las estrategias de salud pública destinadas a limitar el contacto con los demás son casi imposibles para las personas que viven con el Alzheimer y otras demencias que dependen de los cuidadores familiares y otras personas para vivir su vida diaria”, dice Beth Kallmyer, vicepresidenta de atención y apoyo de la Asociación de Alzheimer. “Esta realidad afecta a estos individuos en todos los entornos, incluyendo el hogar, los servicios diurnos para adultos, las instalaciones residenciales y de vida asistida y los hogares de ancianos”.

Para ayudar a los cuidadores familiares a navegar por el complejo entorno de COVID-19, la Asociación de Alzheimer está ofreciendo orientación adicional a las familias, incluyendo:

– Fomentar hábitos de higiene seguros. Las personas que viven con Alzheimer y otras demencias pueden olvidar lavarse las manos o seguir otras precauciones para asegurar una higiene segura. Se alienta a los cuidadores a que estén más atentos para ayudar a los individuos a practicar una higiene segura.

– Vigilar los cambios de comportamiento repentinos o sostenidos. Las personas que viven con Alzheimer y otras demencias pueden no ser capaces de comunicarse si se sienten mal o muestran síntomas tempranos de la enfermedad. Los cuidadores deben vigilar de cerca a los miembros de la familia y responder rápidamente a cualquier signo de angustia, malestar o aumento de la confusión. Estos signos no indican necesariamente una condición grave como la de COVID-19, pero es importante determinar la causa subyacente.

– Prepárese para posibles cambios en la atención y el apoyo. A medida que las estrategias de contención de la salud pública para COVID-19 se intensifican, las familias necesitan anticipar que puede haber menos ayuda disponible. Es importante que las familias anticipen estos cambios y hagan planes para llenar los vacíos en el cuidado.

– Mantengan la calma y creen un entorno propicio. La actual pandemia de COVID-19 está creando más ansiedad para todos. Haga lo posible por mantener la calma, particularmente en sus interacciones con los miembros de la familia que viven con demencia. Estos individuos a menudo toman sus señales de las personas que los rodean. Crear un ambiente de calma les ayudará a sentirse seguros y protegidos.

– Juegue a ser el guardián con los cuidadores externos y los invitados. Vigile cuidadosamente quién entra en la casa para asegurarse de que todos los que entren estén sanos. Sea proactivo al preguntar a los cuidadores externos y a los huéspedes sobre su estado de salud actual y asegúrese de que no estén experimentando ningún síntoma temprano o reciente de enfermedad.

– Pregunte a los centros de atención residencial sobre las políticas de comunicación. Para proteger la salud de los residentes, muchas instalaciones restringen el acceso a los visitantes externos. Pregunte en el centro sobre métodos alternativos de comunicación durante la crisis, como llamadas telefónicas, videochats o correos electrónicos. Si su familiar no puede participar en llamadas o videochats, pregunte al establecimiento cómo puede comunicarse con el personal para obtener información actualizada sobre la salud.

Para obtener más información, visite alz.org, el sitio web de la Asociación de Alzheimer o llame a su línea de ayuda gratuita las 24 horas del día, los 7 días de la semana al 800-272-3900.

Muchos de los cuidadores primarios no son buenos para pedir ayuda incluso cuando las responsabilidades de cuidado se intensifican. Es importante que los miembros de la familia y los amigos sean proactivos durante la crisis actual al preguntar a los cuidadores cómo pueden ayudar.