SAN DIEGO.- “Muchas veces llegué a sentir que no iba a regresar a pisar este terreno estadounidense, jamás, y me sentí defraudado en esos momentos, molesto, enojado, pero no con el sistema ni con el país sino con el hombre en el espejo; porque el hombre en el espejo fue el que cometió todos los errores; hayan sido por lo que hayan sido, por el postrauma y por todo”.
Así de frente y sin poder rehuirle a su historia pasada, enfrentó Mauricio Hernández Mata la realidad que causó su deportación a México.
“Esta vida no es una vida donde se pueda regresar el tiempo, así que con eso dicho, lo único que se puede hacer es darle vuelta a la hoja y seguir adelante”, agregó con pleno convencimiento.
El entrevistado, quien sirvió como soldado en el frente de batalla durante la guerra de Afganistán, rindió su juramento la mañana del miércoles 8 de febrero en las instalaciones del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos (USCIS).
Y en efecto, Hernández Mata le ha dado vuelta a una página que le costó no ver a cuatro de sus hijos por cerca de una década debido al castigo que tuvo que cumplir, pero hoy la vida le ha dado una nueva oportunidad:
“Es una validación
por el esfuerzo”
“Para mi recibir esto es una validación para el esfuerzo que hicimos en nuestra juventud cuando servimos al país y es un nuevo comienzo”, dijo mientras mostraba con evidente orgullo el certificado que lo acredita como nuevo ciudadano estadounidense por naturalización.
El entrevistado, quien sirvió como soldado en el frente de batalla durante la guerra de Afganistán, rindió su juramento la mañana del miércoles 8 de febrero en las instalaciones del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos (USCIS).
“En el momento que estaba rindiendo el juramento, por falta de mejores palabras”, dijo, “me sentí realizado; realizado en el sentido de que fue una culminación de una vida entera, de esfuerzo, sacrificio, dolor, exilio, perseverancia. Todo culminó en ese momento para el bien”.
“Sólo mi familia
íntima lo sabe”
¿Los más duro respecto a sus hijos?, le preguntó una reportera de un noticiero de televisión latino.
“Cuatro de mis hijos estuvieron en Estados Unidos todo mi exilio”, respondió, “mi quinta bebé ha sido bastante afortunada que ha pasado sus 7 largos añitos en este mundo con su padre; ha sido bastante afortunada y desafortunada porque ha crecido conmigo que es lo bueno y lo difícil, porque yo te puedo decir muchas cosas, pero solo mi esposa, mi hija y mi familia íntima saben lo que ellos pasan al verme a mi pasar por las cosas que paso a diario”.
Y en referencia al tiempo en que estuvo en el frente en la guerra de Afganistán en los años 2004-2005, Mauricio recordó:
“Para que nuestra gente
no lo tuviera que hacer”
“Estuvimos allí. Hicimos lo necesario para que la gente pudiera dormir bien en las noches. La gente americana, ciudadanos americanos. Todos. No fue fácil. Estuvimos en muchos lugares donde no le deseamos a nadie estar. Hicimos muchas cosas y por eso lo hicimos, para que nuestra gente no lo tuviera que hacer. Realmente sentimos que nacimos para hacer lo que fuimos en esta vida”.
“Yo era soldado de infantería”, precisó. “Yo estaba en las líneas fronterizas. Yo caminaba y buscaba y encontraba y destruía. O caminaba y buscaba y me encontraban y me intentaban destruir”
¿Cuál fue la causa de deportación?, le preguntamos.
“Es irrelevante porque no debes reportar a personas que sirvieron y pelearon por la libertad estadounidense”, subrayó.
¿Entonces se hizo justicia, o se está haciendo justicia al entregarles esta documentación?, le insistimos.
“Por ese mismo servicio, nos regresaron”
“Sí, validación”, continuó el entrevistado, “por la misma razón que me sacaron por perder mi cordura por lo que tuvimos que vivir y comportarnos de una manera en la que no nos debiamos de comportar, por daños mentales que tenemos y seguimos lideando, nos deportaron y por ese mismo servicio nos regresaron y tenemos este papel. Validación”.
Entonces es absolutamente injusto que a una persona que ha luchado por el país se le deporte.?
“No, no es exactamente injusto”, atajó, “porque como les he dicho a todos: Cometemos errores como personas y tenemos que pagar por esos errores. Yo no siento que a mí nadie me debe nada. Yo jamás voy a decir que se me hizo una injusticia porque primero voy a mirar al espejo, voy a apuntar y voy a decir tu hicistes esto y si ya después de eso me quedan ganas de apuntar y echar culpa en otro lugar, lo haría, pero creeme, amigo, que después de que se apunta al espejo honestamente, no quedan ganas de apuntar a ninguna otra parte. Lo único que quedan ganas de hacer, es de mejorar”.
“Ojalá mi hija y mi esposa
pronto tengan uno de estos”
Otra pregunta le hizo regresarse aquel año de 1981 en el que vino al mundo en la Clínica 1 de Guadalajara, Jalisco, de donde dijo son también sus padres.
“Mi esposa es tijuanense, mi hija más pequeña tenga esto”, manifestó mostrando la copia del certificado de ciudadanía (por naturalización), pero ojalá mi hija y mi esposa pronto tengan uno de estos. Ya están en el proceso”
“Y mis otros cuatro hijos son nacidos en Estados Unidos. Ellos siempre estuvieron aquí durante mi exilio. No los miré mucho. En una década los miré cuatro veces máximo. Ni eso. Pero me quiero portar bien”.
Vale hacer mención que además de Hernández Mata rindió juramento como nuevo ciudadano estadounidense Leonel Contreras, gracias a la Iniciativa de Miembros y Militares Veteranos presentada por la actual administración Biden y aprobada por el Congreso de Estados Unidos.