La norma adoptada por California para obtener una Flota Limpia y Avanzada (ACF) de camiones de transporte de mercadería es un avance muy importante para que nuestras comunidades puedan respirar sin temor a las enfermedades pulmonares.
San Diego está entre las ciudades con mayor polución ambiental de Estados Unidos. La situación es aún peor en las zonas latinas como Barrio Logan, donde se entre cruzan las autopistas con los inmensos depósitos, entre ellos operan los camiones de diésel allí tanto como dentro del puerto de San Diego. 
Esta zona se halla en el 5% de las más contaminadas de California, según la Environmental Health Coalition. Sus residentes tienen entre un 85% y un 95% más de probabilidades de desarrollar cáncer que en el resto del país.
Por eso, la norma aprobada por el California Air Resources Board (CARB) de reemplazar las flotas de camiones actuales por una integrada por vehículos con emisión cero dio una nueva esperanza para que nuestra comunidad pueda finalmente mejorar la calidad del aire que respira. 
Se estima que la normativa ahorre 26,500 millones de dólares en beneficios para la salud en todo el estado, lo que representa pulmones limpios y menos asma infantil para las comunidades de minorías que son las más perjudicadas por vivir en las regiones donde principalmente ocurre esta contaminación.
El plan ideado por CARB tomó tres años de trabajo, estudios y negociaciones para acordar un calendario que permita la transición paulatina a lo largo de las dos próximas décadas. Esto dará tiempo a las flotas para sustituir sus actuales vehículos convencionales de carga media y pesada por vehículos comparables con emisiones cero.
La medida es buena, es necesaria, aunque no es perfecta. 
En este caso, coincidimos con la preocupación del asambleísta David Alvarez (D-Distrito 80) de que los camioneros latinos con sede en California, que poseen y operan sus propios vehículos a través de la frontera mexicana deben tener prioridad para obtener la asistencia estatal a la hora de comprar de un nuevo camión eléctrico.
Pero no estamos de acuerdo con la intención de Álvarez de requerir una auditoría, porque esta va a crear una serie de obstáculos no intencionados para la implementación rápida y necesaria de la regla.
 Por un lado, tememos que un retraso pueda ser aprovechado por alguien para neutralizar, diluir o eliminar la norma. Por el otro, creemos que la buena intención de Alvarez de llamar la atención sobre la norma, y la situación de los camioneros latinos, pueda conducir a una pesadilla burocrática que perjudique a todos. 
La alternativa es trabajar con la implementación de la norma para ir mejorando con el fin de que cumpla con su meta. Para ello, es necesario invertir más fondos para apoyar a los camioneros que poseen y operan su propio vehículo, con el fin de acelerar la transición a cero emisiones y garantizar una transición justa.
Es necesario comprender en Sacramento que esta inversión para los camioneros latinos de California que operan en la región fronteriza es imprescindible para lograr el objetivo de combatir la contaminación que causan estos camiones en las comunidades locales sin perjudicar la economía que se beneficia con esta actividad. 
El propósito de la norma para tener una flota limpia de camiones con cero emisiones es proteger a la comunidad de la contaminación de estos vehículos vengan de donde vengan. Las enfermedades pulmonares de los latinos de San Diego no conocen banderas ni fronteras. 
La norma es un avance para cerrar las desigualdades históricas que han situado a algunas comunidades en el epicentro de la contaminación ambiental y las consecuencias resultantes para la salud. La medida debe entrar en vigencia cuanto antes para luego ir perfeccionando y haciendo ajustes. ¡Para la salud no hay tiempo de retrasos ni esperas!