La importancia de las pruebas de detección a los bebés

Los bebés recién nacidos son examinados, aun cuando se vean saludables, porque algunas afecciones no se pueden detectar con solo mirar al bebé. Detectarlas poco después del nacimiento puede ayudar a prevenir algunos problemas graves, como daños cerebrales, daños de los órganos y hasta la muerte.

Por ejemplo, la prueba de detección de fenilcetonuria (PKU) analiza si el cuerpo del bebé puede procesar la fenilalanina, un componente normal de la proteína. La fenilalanina se encuentra en la mayoría de los alimentos y puede acumularse en los tejidos y la sangre de un bebé con PKU, ocasionando daño cerebral. Esto se puede prevenir si un bebé con PKU se somete a una dieta especial poco después de nacido. A los bebés también se les hacen pruebas de hipotiroidismo, una afección en la que el cuerpo no produce la cantidad suficiente de hormona tiroidea. A los bebés con hipotiroidismo se les puede dar medicamentos que contengan la hormona para evitar el crecimiento lento y daño cerebral que puede ocurrir si esa afección no se detecta y no se trata.

Pese a que algunas condiciones de salud no pueden ser tratadas tan fácilmente como la PKU y el hipotiroidismo, es de utilidad saber tan pronto como sea posible si el bebé tiene alguna afección. Por ejemplo, un bebé con anemia tiene riesgo de contraer infecciones peligrosas. Estos bebés pueden tomar una dosis diaria de penicilina, un medicamento antibiótico, y recibir las vacunas recomendadas para ayudar a prevenir infecciones. Aunque la penicilina y la vacuna no cambiarán el hecho de que el bebé tiene anemia, pueden ayudar a prevenir problemas graves.

Cuándo y cómo se hacen las pruebas de detección a los bebés

Actualmente se ofrecen rutinariamente dos clases de pruebas de detección para los recién nacidos; una prueba de sangre y un examen de audición. Aquellos bebés que no nazcan en un hospital o aquellos a quienes no se les practiquen las pruebas de detección antes de salir del hospital, deben ser llevados por sus padres a una clínica pocos días después de su nacimiento para que se les realicen los exámenes.

Exámenes de sangre Un profesional médico tomará una muestra de unas cuantas gotas de sangre del talón del bebé. La muestra se envía a un laboratorio de pruebas de recién nacidos para que sea examinada. En algunos estados a todos los bebés se les hace una segunda prueba de sangre, unas dos semanas después del nacimiento.

Prueba de audición La prueba de audición es un examen breve para establecer si la persona presenta alguna pérdida de la audición. Es fácil y no duele. De hecho, los bebés muchas veces duermen mientras se les hace la prueba. A todos los bebés se les debe hacer esta prueba antes de que cumplan 1 mes de edad. Es mejor que se les realice antes de ser dados de alta del hospital en que nacieron.