San Diego, 31 ene (EFE).- Las pandillas hispanas, particularmente la «Mafia Mexicana», extienden su influencia desde la cárcel a las calles de San Diego y hasta Tijuana, México, donde muchos de sus miembros son deportados.

Las acusaciones presentadas la semana pasada, tras el arresto de más de 100 pandilleros hispanos en el sur de California, detallan por primera vez la creciente influencia de estos grupos, particularmente en la zona norte de San Diego.

Por su parte, activistas alertaron sobre su presencia también al sur de la frontera.

Víctor Clark Alfaro, director del Centro Binacional por los Derechos Humanos y profesor de la Universidad Estatal de San Diego, dijo a Efe que en vecindarios del norte del condado, como Vista, Escondido, Fallbrook, y San Marcos, se han convertido en los principales sectores de reclutamiento para pandillas.

Esto se confirma por las acusaciones presentadas por autoridades la semana pasada, que señala que «La Eme» está extendiendo su influencia desde la cárcel de Vista hasta las calles donde exige tributos por parte de vendedores de droga y miembros de las pandillas.

«Estimamos que de las 225 personas que son deportadas a diario de San Diego a Tijuana por San Ysidro, el 30 por ciento pertenece a pandillas y han estado en prisión», dijo Clark Alfaro.

Añadió que es un fenómeno nuevo el que estas pandillas que históricamente habían operado solamente en el lado estadounidense extiendan sus redes al lado mexicano, reorganizándose en Tijuana para ponerse en contacto con sus grupos en EE.UU.

En los tres operativos masivos del pasado 25 de enero «Condado Notorio», «Carnalismo», y «12 Pasos», el FBI arrestó a 104 personas, acusándolas junto a 15 más todavía fugitivas de lazos con la Mafia Mexicana.

De acuerdo con la fiscal federal del distrito del sur de California, Laura E. Duffy, Rudy Espudo, líder de «La Eme» de la ciudad de Escondido controlaba una red criminal que infiltró el Centro de Detención de Vista, desde donde controlaba el castigo de oponentes, la infraestructura del tráfico de drogas y la coordinación de las pandillas afiliadas, conocidas como «sureños».

Entre las pandillas de «sureños» citadas en las acusaciones se encuentran los «Westside» y «Diablos» de la ciudad de Escondido, además de «Varrio San Marcos» y «Varrio Fallbrook Locos».

«En muchos casos, los jóvenes deportados llegaron a EE.UU. muy chicos, culturalmente pertenecen a ese país, y es apenas ahora cuando tenemos que hacer el seguimiento para ver de qué forma su presencia en Tijuana incidirá la estructuras de tráfico de drogas presentes en el área», indicó Clark Alfaro.

El agente especial del FBI en San Diego, Darrell Foxworth, dijo a Efe que de los 15 fugitivos del operativo de la semana pasada, cuatro de ellos fueron arrestados el viernes pasado, lo que aumenta a 108 el número de detenidos.

«Los fugitivos que permanecen deberán responder por cargos de conspiración por crimen organizado, violaciones por tráfico de drogas y ofensas federales de porte ilegal de armas», dijo Foxworth.

El agente sostuvo que el FBI no tiene contemplado dar más información sobre la forma de operación de las pandillas más allá de la presentada en las acusaciones, en las que se detalla que en caso de que alguna pandilla de los «sureños» se retrasara en sus pagos mensuales, Espudo decidía retirarle protección para que otras pandillas atacaran a sus miembros.

Este fue el caso en enero del año pasado, cuando «Westside» se retrasó en el pago de 2.000 dólares, lo que representaba que los pandilleros miembros serían atacados en la cárcel a menos de que metieran allí drogas de contrabando.EFE