San Diego (California), 10 jul (EFE).- El juicio contra Raúl y Fidel Villarreal, acusados de tráfico de personas y repatriados en 2009 a EE.UU. después de que huyeran a México, es uno de los más polémicos contra agentes de la Patrulla Fronteriza.

La fiscalía acusa a los hermanos Villarreal de tráfico de personas, lo que es paradójico, pues Raúl fue uno de los portavoces de la Patrulla Fronteriza sobre esta materia y alertaba frecuentemente contra los peligros del tráfico de inmigrantes.

Los hermanos enfrentan además cargos de conspiración, recibir sobornos, lavado de dinero e interferencia con testigos.

Pese a que ambos se han declarado inocentes de los cargos, los fiscales acusan a Raúl de convertirse en el líder de una banda de traficantes que operó hasta 2008 y que involucraba pagos de hasta 12.000 dólares por inmigrante.

El fiscal asistente federal Timothy Salel dijo en la corte federal del juez de distrito John Houston que en «lugar de proteger la frontera» los hermanos decidieron «lucrarse con ella».

Sin embargo, el abogado defensor de Raúl, J. David Nick, señaló que hay poca evidencia que conecte a su cliente con el tráfico humano y que el caso depende del dudoso testimonio por parte de testigos pagados y miembros de una organización de traficantes que han accedido a cooperar con las autoridades.

Los casos de corrupción contra agentes de la Patrulla Fronteriza se han incrementado en los últimos años, hasta alcanzar los 60 en 2011, de acuerdo con cifras del Departamento de Seguridad Interna.

Esto se debe, de acuerdo con expertos, tanto al rápido crecimiento de la Patrulla Fronteriza como a presiones por parte de miembros de organizaciones criminales que buscan continuar con el flujo del tráfico de narcóticos e indocumentados.

De acuerdo con cifras del Departamento de Seguridad Interna, el número de investigaciones ha pasado de 244 casos en 2006 a 870 en 2011.

De los 132 empleados que han sido condenados o han recibido cargos por corrupción, la mayoría de ellos han sido por casos relacionados con la frontera suroeste.

Cerca de la mitad de los cerca de 24.000 agentes que trabajan en la frontera sur han sido contratados durante los últimos cinco años, y la Patrulla Fronteriza tiene programado contratar a 2.500 agentes adicionales este año.

Víctor Clark Alfaro, director del Centro Binacional por los Derechos Humanos, dijo a Efe que los casos de corrupción responden a menores mecanismos de control ante la elevada contratación de nuevos agentes.

El experto explicó que la relativa seguridad que ofrece el cruce de la frontera cuando hay agentes corruptos participando en la operación se traduce en un aumento en el precio que se paga por parte de cada indocumentado.

Tanto Raúl como Fidel Villarreal renunciaron a sus trabajos una vez que fueron alertados sobre la existencia de una investigación federal en su contra y huyeron a México, donde fueron capturados en 2008 y extraditados a EE.UU. en 2009.

Raúl Villarreal fue durante varios años uno de los portavoces de la Patrulla Fronteriza en San Diego y tenía una presencia mediática de alto perfil a ambos lados de la frontera.

Comenzó a trabajar en la Patrulla Fronteriza en 1995 y, de acuerdo con las autoridades, creó la organización criminal en abril de 2005, antes de reclutar ese mismo año a su hermano Fidel, que se había unido a la Patrulla Fronteriza en 1998.

De acuerdo con la fiscalía, la organización criminal llegó a tener 14 miembros, entre los cuales estaba el exjefe de la Policía Municipal de Tijuana (México) Gerardo Santiago Prado, quien fue asesinado en 2006 y estaba a cargo del transporte de los inmigrantes hasta la frontera. EFE