San Diego (California).- Los Tucanes de Tijuana, que este año celebran sus bodas de plata artísticas, defienden los corridos por ser parte de la cultura mexicana, aunque consideran que «no deben sobrepasar límites y caer en la irresponsabilidad».

El líder de la popular agrupación, Mario Quintero Lara, dijo en entrevista con Efe que las escuelas y los padres de familia son más importantes frente a la violencia social que los corridos e insistió en el valor cultural de esas composiciones.

El grupo, que se presentará en concierto como parte de los esfuerzos para atraer hispanos a la temporada hípica del hipódromo Del Mar en esta ciudad el domingo 29 de julio, cumplió en abril pasado 25 años de carrera.

«Empezamos de cero en Tijuana, pidiendo oportunidades en cantinas, en bodas, en 15 años o bautizos, ante las disqueras por una oportunidad de grabar», dijo Quintero de su banda que promedia 120 presentaciones al año principalmente en México y EE.UU, aunque también ha dado conciertos en Europa y Sudamérica.

Procedente de una familia de músicos, Quintero dijo que fue en 1994 cuando comenzaron a darse a conocer internacionalmente.

«Lo que hace diferentes a Tucanes es que hemos podido mezclar géneros, la gente ha aceptado diferentes ritmos como cumbia, baladas, boleros, corridos, rancheras, y una fusión de norteño con rock, sin limitarnos a la estructura tradicional de cantar a dos voces, primera y segunda, de otras agrupaciones», aseguró.

«Por eso me encantan las cumbias y las románticas. La gente ha dicho que se han enamorado con nuestros ritmos. Sin embargo, como vengo de la sierra, desde chico los corridos fueron la música que escuché y ese género es muy popular en Centroamérica, en Honduras especialmente», indicó.

Hasta el momento han grabado 31 discos y vendido más de 13 millones de ellos, con conciertos multitudinarios en los que han llenado el Parque Central de Nueva York y el zócalo de la Ciudad de México.

Para Quintero, el que la agrupación haya surgido en Tijuana fue clave para su identidad musical, pues es un espacio en el que el choque de culturas y la presencia de inmigrantes de todo el mundo forma un caleidoscopio de historias que se prestan para el corrido y las letras que compone.

«Mucha gente llega a Tijuana con la intención de emigrar a EE.UU y al final se quedan porque la ciudad te da muchas oportunidades. En los eventos populares conocí mucha gente con la que me retroalimenté y comencé a narrar historias», dijo Quintero.

Desde 2008, Los Tucanes de Tijuana tienen prohibido tocar en la ciudad donde la mayoría de sus miembros viven a consecuencia de un concierto en el que Quintero saludó desde el escenario a dos de los principales narcotraficantes de la región, «El Teo» y su compadre «El Muletas», lo que ocasionó la ira del entonces jefe de la policía, Julián Leyzaola, que canceló un concierto en el hipódromo Aguacaliente.

«Todavía no se nos abren las puertas en Tijuana. No se me hace justo que se nos prohíba tocar en nuestra tierra por algo insignificante como es saludar a personas que nos mandan papelitos en los conciertos. No tenemos la culpa que acudan personas de reputaciones dudosas. Nosotros hacemos nuestro trabajo y entretenemos a la gente que paga un boleto para escuchar la música», dijo Quintero.

Sin embargo, el músico consideró que existe una responsabilidad por parte de quienes cultivan los géneros norteños con respecto a los temas y contenidos de las letras, y se mostró crítico de aquellos que glorifican la violencia relacionada con el narcotráfico.

«Los corridos de Los Tucanes de Tijuana son de los más disciplinados porque yo los escribo. Son historias con un principio y un fin, son entretenimiento, como una película. Para ser sincero, no creo que influyan en la violencia social. Pese a que no es correcto caer en la línea de irresponsabilidad, al final es responsabilidad de los padres de familia y escuelas el educar a los niños», dijo Quintero.

La agrupación sigue promocionando su más reciente disco, «365 Días», como parte de una gira que los ha llevado en EE.UU desde California, hasta Arizona, Texas, Minnesota, Iowa, Indiana, Wisconsin, Oklahoma, Nueva York y Nueva Jersey, entre otros estados.