āNunca creas todo lo que te prometen y siempre duda de lo que ves.ā
Esta semana aparecieron tres historias que ilustran la importancia de no tragar entero y cabrearse ante las promesas que te hacen.
Si alguien te promete āel mĆo es asĆ (ā¦ā¦ā¦ā¦ā¦) de largoā, no lo creas, porque puede tratarse de una simple ilusión.
Eso acaba de suceder en la ciudad de Perth, Australia, cuando un joven entró a un restaurante Subway atraĆdo por el aviso que prometĆa āun sĆ”ndwiche de un pie de largoā
Apenas le sirvieron su āone footlongā, lo midió yā¦. Ā”Oh sorpresa! El sĆ”ndwiche medĆa once pulgadas. Le faltaba una pulgada para cumplir lo prometido. Entonces le tomó una foto al sĆ”ndwiche, la subió en la cuenta de Subway en Facebook, y agregó el siguiente mensaje: āQue alguien respondaā.
Esa pequeƱĆsima pulgada se volvió viral: cientos de miles de personas metieron sus narices en el sĆ”ndwiche del joven australiano, pidiendo espacio para opinar, al tiempo que millones de clientes -en los mĆ”s de 37.000 locales de Subway en todo el mundo- les entró la curiosidad por medir si el tamaƱo prometido⦠era real.
Diarios de la seriedad del New York Times entraron en la polĆ©mica. Resultado: De cada siete āone footlongā comprados en el Ć”rea de New York, cuatro miden menos de lo prometido.
ĀæSerĆ” que abundan los magos del ilusionismo?
A juzgar por la confesión que hizo el ciclista Lance Armstrong, sĆ.
DespuĆ©s de ganar siete ātoursā de Francia y la admiración del mundo entero, este mago del ilusionismo confesó lo increĆble: Ā”Ganó porque siempre corrió dopado!
En este mismo negocio de las āilusionesā, una empresa brasileƱa les facilita a sus clientes aparentar, ante terceros, lo que no tienen.
No es que manejen la ilusión que uno es el viril propietario de un āfootlongā, sino que uno es un consumado Don Juan, capaz de enamorar a chicas jóvenes y hermosas.
La firma NamoroFake, del Brasil se especializa en alquilar ānovias falsasā.
Que la ānovia sea falsaā no quiere decir que no sea real. Las ānoviasā que te alquilan son reales: de carne, hueso y substancia. El cliente interactĆŗa con āsu novia falsaā a travĆ©s del Facebook, intercambia fotos, frases de amor y promesas fingidas, pero, no puedes chatear con ella, ni mantener comunicaciones Ćntimas, porque ese no es el propósito del servicio.
Los hombres utilizan este servicio, para darles celos a su exnovias, o aparentar que son hombres de mundo, con irresistible Ʃxito con las chicas.
Acceder a este servicio no es fĆ”cil. No tanto por las tarifas, que realmente suenan atractivas: $10 dólares por tres dĆas o $99 por todo un mes. Sino por la disponibilidad de las chicas. Como Ć©stas son reales, y ademĆ”s son bellas, pues no son muchas, y hay que respetar una larga lista de espera.
Lo interesante del modelo de negocio es que las chicas que ātrabajanā como ānovias falsasā ganan el 50% de lo que produce āsuā contrato. Y, lo que es mĆ”s atractivo para ellas, no corren riesgo, ni siquiera el de caer despencadas en las redes del amor.
Lo de vivir a dieta de ilusiones no es algo nuevo. ĀæRecuerdas las veces que nos han prometido una reforma migratoria?
VERBATIM
āSi quieres que un polĆtico trabaje: Ā”No votes por Ć©l!ā
Por: Ā© 2013 Armando Caicedo
www.Humor.US.com