SAN DIEGO.- No sería en septiembre sino hasta noviembre próximo, cuando los miembros de la Cámara de Representantes emitirían su voto sobre reforma migratoria.

En ello coincidieron Pedro Ríos, director para San Diego Immigrants Rights Consortium (Consorcio de Derechos de Inmigrantes de San Diego, SDIRC) y César Luna, Abogado de Inmigración.

En entrevista con El Latino, Ríos afirmó que sería imposible que la agenda migratoria se discutiera en septiembre, puesto que ahora los congresistas se encuentran en receso y no iniciarán sino hasta la segunda semana con otros temas del tema en la agenda de discusión, como sería el del presupuesto y teniendo sólo 9 días.

Sobre el debate de la reforma migratoria, el directo de SDIRC dijo que sobresalen el llamado “Grupo de los 7”, donde destacan personajes como Luis Gutiérrez, John Boehner y Mario Díaz Balart y que impulsan el proyecto de reforma integral, que incluye un camino a la ciudadanía.

En la otra parte se encuentran, dijo, a los congresistas que se conocen entre los activistas latinos como “NO” por su negativa a la ciudadanía automática, como es el caso del Representante por Virginia, Bob Goodlatte.

El entrevistado también expresó que al ser noviembre un mes electoral, las perspectivas y ópticas de muchos congresistas, cambiarían notablemente, ya que podrían no sentirse comprometidos con la reforma.

Por su parte, el experto en Inmigración, César Luna, indicó que “concuerdo con Pedro, porque hubo muy poca actividad (legislativa) y el cabildeo fuerte con tonos electorales se dará en septiembre y octubre, y lo idóneo sería que (el voto) de la reforma migratoria se de en noviembre, porque si se pasa de este tiempo (le reforma) estará destruida”.

Agregó Luna que “entre más pase el tiempo, va a predominar más una vía electorera que por pasar una ley congruentes, si nos tardamos más tiempo, los congresistas van a ver más los intereses del Partido”.

Sin embargo, precisó: “para mí lo más interesante es que realmente el Partido Republicano, que es quien lleva la batuta, está totalmente fraccionado por los grupos de poder, dividido entre los tradicionalistas y los ultraconservadores como ‘Tea Party’ “.

Ejemplificó en este sentido que mientras congresistas republicanos tradicionalistas como (Marco Rubio, Bohener o Díaz Balart), quienes consideran que un rechazo a la reforma repercutiría en voto de castigo para su partido (en las elecciones del 2016).

Por la otra parte, dijo Luna, se encuentran los jóvenes congresistas principiantes de línea ultraconservadora e antiinmigrantes y quienes consideran que el voto latino no tiene fuerza, y la pregunta sería ¿cuál de estos dos grupos habrá de doblar las manos?.

Horacio Rentería

Ellatinoonline.com