La falta de higiene y limpieza en el cuarto de baño hace que proliferen ciertas bacterias que pueden ocasionar problemas de salud. Un especialista en enfermedades infecciosas ofrece consejos para mantener estos microorganismos a raya.
“Las bacterias que se encuentran con más frecuencia en el cuarto de baño son las denominadas entero bacterias, es decir, aquellas que habitan en el intestino grueso y forman parte de la microbiota intestinal”, explica Juan Pablo Horcajada, jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital del Mar de Barcelona.
El especialista señala que entre las más frecuentes están las “escherichia coli” y la “klebsiella pneumoniae”. éstas bacterias pueden colonizar nuestras manos al utilizar el baño y, desde allí, si no nos las lavamos, podrían pasar por contacto a las superficies del baño o de otras estancias, a los objetos, o a las partes del cuerpo que toquemos, apunta.
La “E. coli” es habitual en el intestino del ser humano y de otros animales de sangre caliente. Aunque la mayoría de las cepas son inofensivas, algunas pueden causar una grave enfermedad de transmisión alimentaría, expone la Organización Mundial de la Salud.
Los síntomas de la enfermedad incluyen cólicos y diarrea, que puede ser sanguinolenta. También pueden aparecer fiebre y vómitos. La mayoría de los pacientes se recupera en el término de diez días, aunque en algunos casos la enfermedad puede causar la muerte, añade esta entidad.
Por su parte, la “klebsiella pneumoniae” puede causar distintos tipos de infecciones como neumonía, infecciones del torrente sanguíneo, infecciones de heridas o postoperatorias y meningitis, detallan los especialistas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés).
Asimismo, indican que esta bacteria normalmente se encuentra en los intestinos humanos, donde no causa enfermedad, y también puede hallarse en las heces.
HIGIENE Y LIMPIEZA
El doctor Horcajada afirma que, en el cuarto de baño, las zonas que más se contaminan con bacterias fecales son el inodoro y las superficies que lo rodean. En este sentido, resulta fundamental mantener unas Óptimas condiciones de limpieza.
La falta de higiene y limpieza en el baño favorece mucho la proliferación de estas bacterias. También contribuyen factores ambientales como la humedad y la temperatura, la mala ventilación y los baños en mal estado de conservación, detalla.
El experto precisa que, “si las enterobacterias de la microbiota entran en contacto con partes del cuerpo vulnerables, por ejemplo, con una herida abierta, podrían producirse infecciones”. No obstante, asegura que es errónea la idea de que las infecciones urinarias se producen por contacto con el inodoro al sentarse en él.
Además, el doctor Horcajada subraya que, si algún usuario del servicio presenta una gastroenteritis infecciosa, las superficies del cuarto de baño, especialmente el inodoro, pueden verse contaminadas por los microorganismos que están produciendo la infección, por ejemplo, norovirus, salmonella, etc.
Si los microorganismos que se han diseminado son los de un usuario con gastroenteritis infecciosa, existe la posibilidad de contagiarnos con esos microorganismos y desarrollar un cuadro similar.
Esto ocurriría a través de las manos sin lavar, si nos tocamos la boca o tocamos la comida que vamos a comer, después de usar el baño, aclara.
En este sentido, recomienda que, si algún usuario del cuarto de baño tiene gastroenteritis, hay que intentar que los demás utilicen otro cuarto de baño. Pero si esto no es posible, el facultativo aconseja hacer una limpieza frecuente con lejía del inodoro y de las superficies cercanas a él, además de lavarse siempre las manos con agua y jabón tras utilizar el baño.
Como medida de prevención, Horcajada hace hincapié en la necesidad de mantener una higiene corporal cuidadosa después de usar el baño y lavarse bien las manos con agua y jabón.
Del mismo modo, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos manifiestan que el lavado de manos es algo fácil de hacer y una de las formas más eficaces de prevenir la propagación de muchos tipos de infecciones y enfermedades en todos los lugares, desde la casa y el trabajo, hasta las guarderías infantiles y los hospitales. Las manos limpias pueden evitar que los microbios pasen de una persona a otra y a toda la comunidad, manifiestan.
Según explican, la manera correcta de lavarse las manos es mojarlas con agua corriente, tibia o fría, y enjabonarlas. Después hay que frotase hasta formar espuma, asegurándose de restregarse también el dorso de las manos, entre los dedos y debajo de las uñas.
Tras frotarse las manos durante unos veinte segundos, hay que enjuagarlas con agua corriente y secarlas con una toalla de papel o un secador de aire.
También es fundamental mantener el cuarto de baño en unas buenas condiciones de limpieza. Para ello, el doctor Horcajada recomienda utilizar desinfectantes a base de productos clorados como la lejía diluida en agua.
Es importante que, antes de aplicarla, las superficies no contengan materia orgánica, pues la inactivan y que, tras haberla distribuido por la estancia, se deje actuar hasta que se seque al aire, detalla.
En lo referente a las esponjas, el facultativo indica que conviene escurrirlas bien tras su utilización para que queden los menos empapadas posible, y señala que hay que cambiarlas asiduamente.
Asimismo, aconseja cambiar las toallas y las alfombras del cuarto de baño una o dos veces por semana.
Aunque, según el uso que se les dé, podría ser con mayor frecuencia, recalca.
Un utensilio que a menudo tenemos en el cuarto de baño y con el que debemos ser muy cuidadosos es el cepillo de dientes. El doctor Horcajada señala que debemos guardar los cepillos en envases separados con el cabezal tapado, de manera que no se rocen al guardar los de distintos usuarios.
Así, siguiendo estas recomendaciones, el cuarto de baño ser· un lugar más higiénico y seguro.
EFE/REPORTAJES