SAN DIEGO, CA.- Lo que fuera el gigante comercial de la postguerra, la cadena minorista Sears, se acogió al Capítulo 11 de Bancarrota, a 131 años de que su fundador, Richard Sears, iniciara con un pequeño negocio de relojes y joyas de catálogo (Sears, Roebuck & Co.), en Chicago, Ilinois, y que pronto crecería a niveles insospechados.
Aunque la noticia no dejó de sorprender a muchos, el declive en las ventas de la compañía ya era evidente, pues sólo en los dos últimos dos años se había visto obligado a cerrar 725 tiendas Sears y Kmart y desde el 2011 a la fecha, experimentó pérdidas por $11 mil 339 mil millones, y las ganancias apenas fueron de $6,937.
De hecho, se adelantó que a fines de este año tendrá que cerrar otras 142 tiendas no rentables, así como otras 42 que ya acumulan grandes pasivos.
De acuerdo con expertos, el verdadero motivo de que el gigante se acogiera al recurso de bancarrota, fue la incapacidad y confusión de sus directivos sobre cómo responder a las nuevas estrategias y desafíos que representan el mercado en línea de empresas innovadoras como Amazon y otras tiendas departamentales más antiguas, pero igualmente agresivas y que han sabido adaptarse a los cambios del mercado de autoservicios, como el gigante Walmart (que también le ha sabido sacar provecho a las ventas en línea), y del ramo de la venta de ropa como Macys, Burlington, Old Navy y Ross, entre muchas otras.
Consideran estos expertos de mercado, que al final, faltaría la audacia que requería para reestructurar y reconvertir una tienda que en su tiempo supo brincar del modesto negocio de venta de relojes y joyas de catálogo, creado por Richard Sears en 1895, y convertirse en el mayor minorista de la nación, que lo mismo ofrecía la ropa más atractiva, materiales de línea blanca y herramientas para el hogar, la construcción, seguros para vehículos, tarjetas de crédito, etcétera.
Pero hoy parece haber perdido la brújula y no haberse sabido adaptar a un mercado que cambia todos los día, y por lo pronto, con la bancarrota, se anunció el retiro en su función como Presidente y CEO de Edwad Lampert a finales de 1800 y estarían asumiendo temporalmente esta función tres ejecutivos de cuenta, mientras se define el futuro del negocio.
Se anticipó asimismo, que la solicitud de protección de bancarrota representaría un esfuerzo final para tratar de salvar a la cadena.
