“Estar en silencio ante la injusticia es consentirla”, estas fueron palabras de Enrique Morones, director ejecutivo y fundador de Border Angels (Ángeles de la Frontera), durante la cena de aniversario número 33 de la organización que se llevó a cabo el pasado 3 de noviembre en el Jacobs Center en la ciudad de San Diego.
“Les agradezco por estar aquí esta noche y por prestar su dinero y su corazón para apoyar el trabajo que realizamos en Border Angels todos los días”, dijo Morones, “hoy más que nunca seguiremos en pie de lucha dando respaldo a los migrantes que llegan de distintas partes de México y de otros países a la frontera con Estados Unidos.
Jaqueline Arellano recibió el premio Micaela Saucedo Spirit, por la gran labor que realiza en Border Angels todos los días. Arellano, lleva agua a los migrantes que cruzan por el desierto y está encargada de los programas a través de los cuales se distribuyen víveres a campamentos de refugiados en Sonora, la activista también brinda apoyo el trabajo que se realiza con los centros de refugiados en Tijuana.
En su discurso Arellano dijo: quiero agradecer a todos por este premio, el sufrimiento de nuestra gente es la experiencia más fuerte que he tenido en mi vida, me uní a Border Angels en el 2014 porque estoy orgullosa de ser hija de dos inmigrantes y porque soy producto de un pueblo fronterizo en el desierto.
Arellano forma parte de toda una nueva generación de activistas que luchan por lograr un cambio en la política migratoria en tiempos de en donde el presidente Trump califica a los migrantes como delincuentes, negándoles cualquier oportunidad de cambio.
“Ser de la frontera, escuchar sobre la militarización es vivir diario con dolor, aprendí que el ser humano se adapta a cualquier cosa, actualmente lo vemos con nuestros hermanos y hermanas de la caravana. Nos hemos adaptado a la militarización, a la brutalidad en nuestra comunidad,” dijo Arellano, “nos hemos adaptado tanto que no sabía que tanto dolor había entre los migrantes, fue hasta que lleve gente a la frontera y los vi llorar frente a la barda fronteriza, yo estaba adaptada, anestesiada, no sentía lo mismo que ellos, les pido a todos que luchemos, no son tiempos para estar anestesiados son tiempos para organizarnos”.
El premio Roberto Martínez Spirit fue entregado por Dulce García abogada de migración a Kirsten Zittlau Eso quien desde el 2016 se ha visto envuelta en activismo con respecto a la violación de los derechos humanos en la frontera entre California y México.
“Este es un trabajo de equipo”, dijo Zittlau hija de inmigrantes alemanes. Zittlau dijo que las historias que escucha de sus clientes son terribles, “es necesario luchar para cambiar el sistema, vemos a muchas personas que son tratadas como criminales, sin haber hecho nada, ningún humano es ilegal, el amor no tiene fronteras y la lucha sigue”.
Border Angels es una organización sin fines de lucro y por más de 3 décadas ha apoyado a migrantes que a diario intentan cruzar hacia Estados Unidos, con acciones como dejar agua en el desierto a lo largo de las rutas transitadas por estas personas y también les brindan asesoría legal, entre otro tipo de apoyos.
Actualmente cuentan ya con alrededor de cinco mil voluntarios, quienes lo han apoyado en las diversas actividades que han organizado en respaldo de la comunidad migrante.
Para mayores informes sobre el trabajo que realiza Border Angels los interesados dijo pueden marcar al teléfono 760 482-6355 o bien ingresar al sitio oficial www.borderangels.org
En la parte artística participaron: Coral Macfarland Thuet, actriz y cantante; Ruby Clouds, es un dúo conformado por Claudia García y su hermano Vid así como el grupo Dancers Without Borders, también se realizo una subasta silenciosa en la que los asistentes tuvieron oportunidad de participar.