Aspecto de los participantes en el Foro. Foto: Horacio Rentería/El Latino SD.

TIJUANA, B.C.- Los capítulos referentes al área laboral y anticorrupción, son dos temas relevantes que fueron incluidos en el tratado comercial (“digamos del Siglo XXI”) firmado por los Presidentes de Estados Unidos, Canadá y México (USMCA, por sus siglas en inglés).

La anterior afirmación la hizo Gustavo Hoyos, Presidente del Centro Patronal de la República Mexicana (COPARMEX) de México, quien recordó, sin embargo, que “fue firmado bajo presión”.

Aunque todavía está pendiente la aprobación por parte del Congreso de Estados Unidos, el Foro denominado “Entendiendo El Acuerdo EE.UU.-México-Canadá”, el líder empresarial destacó que el éxito de las negociaciones se debió a que en esta ocasión el gobierno mexicano acudió con “un equipo, funcionarios capaces y un brazo muy robusto”.

“La negociación no hubiera sido exitosa si no hubiera habido  una gran colaboración Pública-Privada y la posibilidad de una gran interaccion con nuestras contrapartes en Estados Unidos y Canadá”, dijo.

“38 o 39 de los 50 gobernadores (de Estados Unidos) fueron invitados uno a uno para transmitirles la importancia del acuerdo”, expresó a manera de ejemplo.

Pero, agregó, “este tratado se cerró gracias a los empresarios. Las dificultades fueron por posiciones políticas, que por momentos fueron irreductibles. Quienes lograron sacar la negociación fueron los empresarios de Estados Unidos, Canadá y México”.

“Apertura comercial”, el camino

Y pronosticó a futuro: “Me parece que tal como se negoció, desde luego entendiendo sus circunstancias, nos da una viabilidad de futuro, nadie debate que la orientación que debe tener México hacia la apertura e integración comercial”.

Destacó que apoyado en la experiencia que tenía para los mexicanos el TLCAN o NAFTA, se percibió “un cambio cultural, eso afortunadamente hoy está en el ADN de los mexicanos, afortunadamente tenemos asumido que es el camino que debe seguir el país”.

Y concluyó con una recomendación a los gobernantes de los tres países: “Es importante que en los temas de estado se dejen las diferencias políticas” y dijo que en el camino hay “retos, grandes oportunidades (aunque) no es el tratado perfecto.

“Foco amarillo”

Mientras el Presidente del CEE en Tijuana, Kurt Honold, consideró que el tema laboral “es un foco amarillo” que puede pasar a rojo, “si no nos ponemos las pilas”, Paola Ávila de la Cámara Regional de Comercio de San Diego, destacó la importancia que reviste la Mega-Región California-Baja California.

Entrevistada poco antes de que inciara el Foro de orientación, Ávila dijo al reportero de El Latino San Diego que “para empezar no hay una gran diferencia en si. Lo importante para nuestra asociación es que se mantuvo este acuerdo trilateral, porque hubo un riesgo muy significante y real, que lo querían hacer bilateral, lo que habría ocasionado un tremendo daño”.

Riesgo que “nos quedemos sin nada

Reconoció, sin embargo, que aún persiste el riesgo de que no se apruebe por parte de la legislatura federal, “y nos quedemos sin nada” y tampoco se tiene fecha para su análisis y eventual aprobación o rechazo por el voto, sea incluida en la agenda.

Al señalar que hay una gran modernización, tanto en el actual TLCAN como el nuevo USMCA, agregó que “lo que si se cambiaron son las reglas de origen, cambio significante.

y en mi opinión eso es algo que puede ayudar a México porque las reglas de origen simplemente cambiaron a que el 75% de los automóviles tiene que venir de Norteamérica, en vez del 62%”.

“Oportunidad para México”

Simplemente lo que va a cambiar de 62 a 75% el grado de integración de los componentes (salarios y materia prima hasta que se convierta en producto final), un contenido que requerirán los países del Norte de América (Estados Unidos, México y Canadá) y que predominaba en productos provenientes de Asia, ejemplificó Ávila .

automóvil. Las importaciones de automóviles de Estados Unidos  vienen de México”.

Reconoció, no obstante, que el salario de $16 por hora que se propone en el capítulo laboral como requisito para la producción de automóviles, “es muy difícil que un trabajador lo obtenga en México”, a diferencia de Estados Unidos y Canadá.