Todos los niños necesitan hacer ejercicio. A través de los años, investigaciones científicas a apoyan la forma en que el ejercicio ayuda a los cuerpos y mentes de los jóvenes en proceso de desarrollo y crecimiento.

Por lo tanto, es importante que los padres animen a sus hijos a ser activos y a desarrollar hábitos saludables. Brett Bloom, fisioterapeuta en las ciudades de San Diego-Carlsbad, dice que establecer un tono positivo es de suma importancia.

“Aprender los valores de un buen estado físico y nutrición debe ser un ejercicio de confianza para niños y adolescentes”, dijo Bloom. “No queremos que se sientan avergonzados o criticados. Más bien, el objetivo debería ser centrarse en lo positivo: en la salud, en la diversión, en los beneficios a largo plazo y en ser parte del viaje juntos”.

Tal cuidado conversacional es necesario en un mundo donde, según un estudio del 2016 Journal of Pediatrics, más de la mitad de los niños de 9 a 14 años dicen que no están satisfechos con las formas de sus cuerpos. Tal imagen negativa de sí mismo a una edad tan temprana, según Bloom, puede llevar a los niños por caminos insalubres, tanto física como emocionalmente.

“Sí, la obesidad infantil es una epidemia en este país que afecta a 13,7 millones de niños y adolescentes], pero el problema no se basa en el peso o la forma del cuerpo”, señaló Bloom. “Las preocupaciones sobre la obesidad se centran en temas de salud, y necesitamos asegurarnos de que eso quede claro al hablar con niños y adolescentes”.

Para ayudar a lograr el tono adecuado para estas conversaciones, Bloom ofrece los siguientes “qué hacer” y “qué no hacer” para comunicarse (tanto verbalmente como no verbalmente) con niños y adolescentes sobre el ejercicio y la actividad física:

No lo hagas por el peso. Estar físicamente activo tiene varios beneficios que tienen muy poco que ver con el peso. Por lo tanto, no haga que la salud sea sinónimo de los números en una escala. Ayude a los niños a aceptar quiénes son y cómo lucen.

Enfóquese en los beneficios. Cuando hable con los niños sobre la actividad física, hágalo sobre estos beneficios, tanto físicos como mentales. El ejercicio te hace sentir mejor, te mantiene más fuerte, te ayuda a concentrarte y a rendir mejor en la escuela, te ayuda a dormir mejor, etc. Haga de estos y otros beneficios el centro de sus conversaciones.

NO haga del ejercicio una tarea. Sí, como adultos, la posibilidad de ir al gimnasio todos los días puede sentirse como un dolor a veces. Pero, siempre tenga en cuenta que sus hijos están mirando. Ayúdeles a entender por qué se toma el tiempo para mantenerse en forma físicamente y por qué quiere obtener tales beneficios para ellos.

Mantenga el ejercicio positivo. El ejercicio debe ser divertido, especialmente para niños y adolescentes, y depende de nosotros, los adultos, fomentarlo. Juegue con sus hijos, pero también esté allí con ánimo y recursos si/cuando ellos muestran interés en algo nuevo como un pasatiempo basado en el movimiento (por ejemplo, andar en bicicleta, patinar, correr, etc.) o unirse a un equipo deportivo.

NO excluya a los niños de sus actividades. Si usted tiene alguna pasión propia basada en el movimiento, como correr, andar en bicicleta, caminar, esquiar, etc., incluya a su hijo. Compartir lo que usted ama con quien usted ama es una manera invaluable de comunicarle a su hijo que tales actividades pueden proporcionarle una vida de diversión y aprecio.

Y por supuesto, si el dolor, las lesiones u otras limitaciones de movimiento impiden que su hijo experimente una vida de actividad y buen estado físico, Bloom sugiere que visite a un fisioterapeuta. Un fisioterapeuta puede evaluar y tratar muchas de estas limitaciones, e incluso proporcionar sugerencias y modificaciones que permitirán que el niño participe más plenamente en las actividades de su elección.