La propuesta de lo que será el parque, después de la instalación del nuevo muro, no complace a los activistas./Foto: Omar Martínez

Los domingos ya no serán los mismos en la esquina de Latinoamérica, un punto en el borde occidental de la frontera donde, desde noviembre de 2011, personas de Estados Unidos y México se han reunido para la consagración binacional de la comunión como parte de las actividades organizadas en el Parque de la Amistad, que ve desvanecidas sus posibilidades de permanencia ante los avanzados trabajos de reemplazo de las vallas metálicas.

Es innegable la modificación del espacio que ocupaba el histórico parque, surgido a partir de la creación del Parque Estatal Border Field fundado hace 51 años por la ex primera dama Pat Nixon.

Los avanzados trabajos de reemplazo de las vallas metálicas siguen su curso cada día./Foto: Daniel Watman

The Border Church (La Iglesia Fronteriza) ha congregado a una comunidad única de fieles que recurren a la oración para pedir por sus seres queridos que migran desde sus países de origen a Estados Unidos con la esperanza de encontrar una mejor vida.

En este espacio, donde activistas han trabajado con la comunidad migrante de ambos lados de la frontera desde hace cerca de 22 años, también se encuentra el Jardín Binacional de Plantas Nativas, el cual se verá impactado con este nuevo muro que pretende el remplazo de los antiguos muros de 18 pies de altura por otros de 30 pies (unos 9 metros).

Otro de los rubros que se han trabajado en este lugar, y que deberán ajustarse a los nuevos tiempos y formas de uso a determinarse por las autoridades estadounidenses, es la asesoría legal para personas con procesos migratorios.

Lucharán hasta el final

“Reducir el parque, poner más muros y no tener visibilidad, remover las puertas corredizas, ofende y remueve esperanzas de acercamiento de amor y unión, no es factible que pongan muros en este lugar”, refirió vía telefónica Tania Mendoza, activista del parque.

“Yo no veo que esas nuevas vallas sean la solución para disminuir la migración no documentada, por el contrario, representarán un nuevo peligro para la seguridad de los migrantes y un motivo de división para las familias que, desde aquí, se reencontraban a través de las sesiones de apertura de las puertas”, dijo.

“Nuestras manifestaciones han sido pacíficas, pero ante la premura de ver que los trabajos avanzan cada día, tomaremos otras acciones, buscaremos el apoyo de las autoridades mexicanas, queremos llegar al presidente de México y que sepa que esta administración a cargo del presidente Joe Biden si hace muros; porque él incluso dijo sentirse contento de que este gobierno no pensaba en construir muros, estamos documentando la construcción para ver cómo llegamos con (Andrés Manel) López Obrador y llevarle este tema”, aseveró.

Por encima de que los trabajos de instalación del nuevo muro han iniciado y avanzan de forma importante cada día, pues deben culminar en un lapso máximo de seis meses, los defensores del parque han realizado diversas manifestaciones y marchas, las más recientes ocurridas el domingo pasado detrás de la planta de tratamiento de South Bay, justo donde se instalan las nuevas vallas; y otra el lunes 13 durante la visita del presidente Joe Biden a San Diego.

Rechazan proyecto del nuevo “parque”

Por su parte las autoridades a cargo de la construcción del muro y del resguardo de la frontera, Patrulla Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) han informado que se trabajó en el proceso de modificar el contrato para remplazar la barda primaria, adyacente al Parque de la Amistad, con el fin de que la sustitución de ambas bardas mejore la infraestructura fronteriza y permita “que visitantes en el lado estadounidense tengan acceso al parque una vez que la construcción termine, siempre y cuando sea seguro hacerlo”.

Y aunque la Patrulla Fronteriza dijo que antes de iniciar la construcción se coordinaría con las partes interesadas, para salvar las plantas nativas del jardín binacional, esto, según los activistas, no ha sucedido. La agencia dijo además tener el compromiso de restaurar dicho jardín una vez que terminen la obra.

La propuesta de lo que será el parque, después de la instalación del nuevo muro, no complace a los activistas, ni permitirá continuar con las actividades que se han realizado en el lugar. El activista John Fanestil mencionó que saben de una consulta comunitaria, “pero esta consulta no resultó en casi ningún cambio de planes, el 98% del muro se mantiene con la altura de 30 pies, como ellos planearon; sólo en un tramo muy pequeño habrá una ligera modificación”.

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