Apostando por el cuidado natural de las flores, respetando su ciclo de vida como seres vivos, con clientes muy leales y sostenidos por la recomendación de boca en boca respaldada por la calidad de su mercancía María y Héctor Nieblas han construido su patrimonio como comerciantes de flores, un emprendimiento que inició hace al menos 35 años.
Desde Nieblas Flowers, una florería ubicada en el 2985 Coronado Ave, Suites D&E, en San Diego, María recuerda que el camino no ha sido fácil.
“El negocio lo empezó la mamá de mi esposo, él y yo llegamos de Nayarit, sin papeles, teníamos 18 años, yo venía embarazada, empezamos a vender flores en las esquinas, entre los carros, eso era entre semana”.
“Los domingos vendíamos en iglesias, yo me ponía afuera de la iglesia San Judas Tadeo en el horario de las misas y él se iba a la San Antonio de National City, trabajábamos toda la semana”.
Determinados a crecer
María recordó que fue gracias a que su suegra les avisó que el dueño del mercado donde ella tenía un quiosco para vender sus flores, iba a abrir otro mercado. Con esa oportunidad enfrente los Niebla apostaron por iniciar un negocio propio.
“Mi esposo construyó el quiosquito en lo que hoy es Northgate Market, eso fue hace unos 35 años, cuando nosotros nos instalamos se llamaba Mami’s Food, estuvimos ahí durante unos 10 años, luego llegaron nuevos dueños que le cambiaron el nombre a mercado El Tigre, ahí fue cuando nos dijeron que ya no podíamos seguir con el quiosco”.
Con la preocupación de poder perder su negocio y con una vasta lista de clientes en la zona, el matrimonio buscó la forma de mantenerse cerca y seguir con su negocio.
“Fue así como llegamos a este local donde estamos ahora. Fue un cambio difícil porque este local nos parecía muy grande y la renta era muy alta para nosotros; pero las cosas se van dando por algo, nosotros vivíamos en Barrio Logan, tenemos tres hijos que en esos años había que llevar y recoger de la escuela, eran muchos traslados y no podíamos dejar solo el negocio, mucho menos cerrarlo durante el día”, recordó.
El costo de un negocio propio

La pareja hizo ajustes a su vida, nuevas escuelas, nuevas actividades, hubo épocas en las que debieron ausentarse de las reuniones familiares, turnarse para asistir a los festivales y juntas escolares de sus hijos.
“Un negocio implica sacrificios, ajustes en la forma de vida y hay que estar preparados para las temporadas bajas y también para los buenos tiempos”.
“Este es un negocio familiar, no tenemos empleados, mi esposo, mis hijos y yo atendemos directamente a los clientes”.
Apuestan por lo orgánico y artesanal
La experiencia adquirida en torno al cuidado de las flores que los Niebla tienen les permite prescindir de refrigeradores o sustancias especiales para mantener en buen estado las flores, un conocimiento que les ahorra miles de dólares al año en pagos de luz.
“Fuimos aprendiendo que las flores no necesitan cuidados especiales, son seres vivos que sólo necesitan agua limpia. Aprendimos a conocer los ciclos de vida de cada flor, así como sus necesidades de cuidado”, explicó.
“Sabemos que el aire las lastima y las mata, lo mismo que el calor, pero sabiendo cortar el tallo y manteniendo limpia su agua, su ciclo de vida es largo”. La venta de flores se apega a las diversas temporadas del año, tanto en lo referente a las estaciones del año como a las costumbres y fechas especiales, por lo que María expresó que deben estar atentos a las fechas y tiempos por venir para estar preparados con lo que va a solicitar el cliente.