LOS ANGELES.- Los Golden State Warriors perdieron el tercer juego de la serie contra Los Angeles Lakers durante el fin de semana, 127-97 y la derrota aplastante los puso abajo 2-1.
Sin embargo, las conversaciones después del juego se centraron en la gran disparidad de tiros libres entre los dos equipos. En ese partido los Warriors lanzaron significativamente menos tiros libres (17) que los Lakers (37) con una brecha similar a la del primer partido.
Mucho de esto se debe a las diferencias esquemáticas de los dos equipos como la ofensiva de los Lakers. Esta se enfoca en atacar el aro, mientras que los Warriors tienden a conformarse con tiros de larga distancia, especialmente contra el centro de Los Ángeles, Anthony Davis, que sigue defendiendo implacablemente su zona.
Esto lleva a más intentos de tiros libres para los Lakers, lo cual no es sorprendente considerando que lideraron la liga en tiros libres mientras que los Warriors estuvieron entre los equipos que cometieron la mayor cantidad de faltas.
Habiendo dicho eso, Golden State no permite que el arbitraje sea una excusa para su pobre desempeño.
Los tiros libres constantes, junto con las pérdidas de balón, la mala selección de tiros y los errores autoinfligidos, interrumpieron el flujo del tercer juego y sacaron a los Warriors de su ritmo.
Antes de eso, se podría argumentar que Golden State tenía el control total del juego, sin embargo, un segundo cuarto descuidado vio a los campeones defensores inusualmente perdieran el equilibrio en el ataque.
Ahora los Lakers tienen la ventaja en la serie con el equipo de la Ciudad Angelina a solo dos partidos de poder irse a la final de la conferencia oeste contra el ganador de la serie entre los Denver Nuggets y Phoenix Suns.
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