Denise dejó en la orfandad a tres hijos tras ser víctima fatal de violencia doméstica. Foto: Jeanette Sánchez

NATIONAL CITY.- “Necesito ayuda, necesito hablar sobre algo, está pasando algo que no me hace sentir bien”, son palabras que Melissa habría querido escuchar de su hermana Denise H. Orpinela, asesinada el pasado 22 de junio por quien fue su esposo durante más de 15 años.

“Ella nunca mostró ninguna señal de que tuviera dificultades, no dio muestras de nada. Cuando estaban entre familia se veía bien, algunos amigos cercanos y hermanas sabíamos que tenía dificultades con su esposo, pero eran desacuerdos normales que se tienen en un matrimonio, no imaginábamos algo así”, dijo Melissa a El Latino afuera de la Capilla Polanco, en medio del funeral de su hermana quien dejó en la orfandad a tres hijos tras ser víctima fatal de violencia doméstica y cuyo agresor se quitó la vida momentos después de haberla atacado en su propia casa.

“Ellos llevaban 15 años de relación, recuerdo que al principio de su matrimonio vimos que ella cambió un poco, pero siempre la vimos con una sonrisa, quizá no quería preocupar a la familia, siempre estaba contenta, quizá con los años todo fue cambiando, pero ella no lo demostró públicamente”, explicó Lily, prima de la víctima, quien apoyaba durante el funeral para recibir, en La Vista Memorial Park, a los asistentes y escuchar sus condolencias.

“Fue su hijo el que le avisó a su hermana mayor que sus papás estaban muertos en el cuarto, mi sobrina se estaba bañando porque había ido a correr muy temprano. Ellos llamaron al 911 para que fueran a ver a sus papás y la policía nos avisó. Jamás imaginamos esta terrible tragedia. Ella no se merecía esto”, exclamó Melissa.

El esposo y agresor de Denise se quitó la vida momentos después de haberla atacado en su propia casa. Foto: Jeanette Sánchez

UN CICLO QUE DEBE ROMPERSE

La doctora Ana María Serrano, directora de Las Valientes, una organización civil dedicada, desde hace 22 años, a apoyar a víctimas de violencia doméstica en el Condado de San Diego, afirma que “el nivel de maltrato en este país es alto, las cifras que se dan a conocer por estadísticas de denuncias están muy por debajo de la realidad, porque la mayoría de las víctimas no denuncia, se callan, aguantan, esconden lo que viven”.

Como psicóloga y ex víctima de violencia Serrano precisó que “el abuso no es sólo lo que se ve físicamente, hay abusos emocionales, sexual, económico, psicológico, religioso; y esos abusos no se ven, muchas veces son incluso solapados por gente de poder como sacerdotes, pastores, consejeros, incluso por la familia cuando son muy tradicionalistas o cuando son de cierta clase social y les preocupa el qué dirán”.

En el caso de Denise, su hermana precisó que fue durante los últimos meses que la familia supo sobre ciertas situaciones y que incluso ya habían planeado llevarse a los niños y a Denise para Nuevo México.

“Este año fue un poco más difícil en su relación porque él supo que lo iba a dejar, estuvieron unos meses hablando sobre separarse, pero se calmaron las cosas y volvieron a estar juntos. Ella quería lo mejor para sus hijos, buscaba una familia unida. Él no trabajaba, estaba siempre en la casa, mi hermana era la que trabajaba, ella era enfermera y, cuando se iba para el hospital, él la seguía, pensaba que a lo mejor había otro hombre, así que siempre estaba checándola, la cuestionaba a ver a qué hora iba a llegar”, manifestó.

“Este año tuvo depresión y sabíamos que él tenía sus propios problemas por los que estaba luchando, sabíamos que iba a buscar ayuda, eso nos lo dijo su hija. Pero le ganó ese odio, o no sabemos qué es lo que lo llevó a matar a quien se supone que amaba y a quitarse él mismo la vida”, expresó Melissa

“Yo ya iba a venir de Nuevo México, justo dos días antes de esta tragedia, para recoger a los niños, ella planeaba vender la casa para irse conmigo, creo que ese fue el punto donde él supo que ella ya lo iba a dejar, y pasó esto”, narró conmovida.

PEDIR AYUDA ES FORTALECERSE

Como especialista, Serrano explicó que lucha por hacer saber a las mujeres que “deben buscar asesoría con información correcta, no hacer caso de lo que le aconseja la comadre o la amiga, o lo que escuchan por ahí, hay leyes que las protegen, el temor que sienten deben convertirlo en coraje para buscar ayuda y salir de esa vida”.

“A veces las mujeres que llegan conmigo vienen deshechas emocionalmente, más allá de los golpes y la violencia, su conciencia está dañada, tienen sentimientos encontrados, se autolesionan psicológicamente por la culpabilidad que sienten y eso debe cambiar por el bien de ellas mismas y de los hijos, cuando los tienen”, afirmó.

REFUGIADOS EN EL PERDÓN

Para Denise ya no hay un mañana y para sus hijos el futuro se vislumbra emocional y psicológicamente duro, sin embargo, la protección de sus familiares y la posibilidad de convertir esta dura experiencia en un aprendizaje de vida se asoma como el camino para encontrar sus destinos.

“No somos la única familia con esta situación desafortunadamente, a veces son las mujeres las víctimas, a veces los hijos, incluso a veces son los hombres los violentados, yo les pido a las mujeres que estén bajo violencia que nunca se sientan que no pueden pedir ayuda, que nunca se dejen sentir tanto miedo que no los deje hablar sobre lo que están viviendo”, dijo Lily con voz entrecortada y dirigiendo su mirada hacia el féretro de Denise.

“Sabemos que es fácil decirlo pero no sabemos qué tanto puede ser ese miedo para controlar a la persona, a veces se ha vivido siempre bajo esa violencia que uno no sabe lo peligrosa que es, lo vemos como algo normal, o creemos que no merecemos algo mejor, la violencia existe de muchas formas, con hechos, palabras no sólo son golpes. No deben pensar que no hay salida, esta no es una salida, ni la muerte, ni el silencio son la forma”, asentó.

Al hablar sobre la familia de quien le arrebató la vida a su prima, Luly aseguró que  “a veces no saben cómo actuar frente a nosotros, se sienten culpables por lo que él hizo, también ellos lo perdieron a él, tenemos el mismo dolor; por eso les recordamos que ellos no son él, que Dios nos va a ayudar en esta lucha, desafortunadamente nos tocó vivir esta situación, pero sabemos que detrás de cada tragedia debe llegar una bendición y en nuestro caso buscaremos que esa bendición sea el perdón, porque necesitamos enseñarle a los hijos de nuestra hermana que existe otra forma de vida y lo mejor es enseñarles con nuevos ejemplos de amor y perdón”.

LAS OTRAS VÍCTIMAS

A Denise le sobreviven dos hijas y un hijo, sobre ellos, Lily mencionó que “el hijo de ellos ha tenido una enorme lección, la más dolorosa quizá que pudo vivir para aprender que a una mujer no se le maltrata, debe saber que se puede ser mejor; y en el caso de las hijas deberán aprender que deben valorarse, cuidarse y recurrir a su voz, que sepan que hay formas de salir de estas situaciones, a no exponer su vida y a buscar ayuda a tiempo con la familia. Sus hijos son niños amados por todos en la familia y con eso los vamos a fortalecer”.

ATENDER SEÑALES A TIEMPO

La directora de Las Valientes hizo un llamado a la población, hombre y mujeres, para que atiendan las señales de alerta en su relación. “Si constantemente te está amenazando, con cualquier tema, con los hijos, con el dinero, con que las van a engañar, con que las van a golpear, cualquier tipo de amenaza es violencia”.

“Creer que una persona violenta va a cambiar, sólo porque lo dice, es un error, una persona que es violenta no cambia sola, debe someterse a un tratamiento, si algo así no pasa deben alejarse, no deben creer que cambiarán por voluntad, son gente enferma de su mente, tienen problemas fuertes que deben ser tratados por especialistas”, refirió.

Víctimas de violencia doméstica en el condado de San Diego y requieren de apoyo legal o de otra índole pueden contactar a Ana María Serrano en el teléfono 760 439 1133 o en el correo electrónico anaserrano@lasvalientes.org.