A medida que la temperatura aumenta en los días de verano, también lo hace la ansiedad de los niños por el regreso a la escuela, desarrollarla es tan predecible como las quemaduras solares, pero la forma que toma puede sorprender.
Un año puede ser que los niños tengan problemas para dormir; el siguiente puede ser un aumento de la irritabilidad o mal comportamiento; y en otro momento puede ser que se alejen de sus padres o de sus amigos.
¿Cómo pueden padres e hijos manejar la ansiedad sobre el comienzo de la escuela? Jessie Borelli, profesora de ciencias psicológicas en la Universidad de California, Irvine, y psicóloga clínica especializada en psicopatología del desarrollo, recomienda tres formas de ayudar a los niños a superar sus nervios y entrar en acción este otoño.
Si se nota que el niño se comporta de una manera que indica que podría sentirse nervioso por el comienzo del año escolar, hay que tomarse el tiempo para hablar con él en privado sobre cómo se siente acerca de la escuela, asegurándose de que tienen la atención y se tiene a su vez la de ellos y que haya total privacidad para que puedan hablar libremente.
Algunas de las preguntas que la especialista sugiere son ¿Cómo te sientes acerca del comienzo de la escuela?, ¿Cuáles son algunas de las cosas que espera con ansias y cuáles son algunas de las cosas con las que no se siente bien?, y enfatiza que se debe concentrar la energía en escuchar las respuestas para que el niño comparta todo lo que pueda, además de hacer preguntas de seguimiento tales como ¿Cuánto tiempo te has estado sintiendo así?, ¿Con qué frecuencia piensas en estas cosas?, ¿Qué haces cuando te sientes así?
Otro aspecto importante es reconocerles su actitud abierta para compartir y felicitarlos por ellos con frase como “Muchas gracias por contarme sobre esto”, “Me alegra mucho saber cómo te sientes acerca de esto”, “Me hace sentir más cerca de ti saber lo que está pasando dentro de ti”.
Es importante crear planes de acción para responder a las inquietudes de los niños, afirma la especialista, pues ello ofrece tranquilidad y le permite al niño sentirse seguro de su capacidad para enfrentar sus preocupaciones.
Las ansiedades menores son parte de la vida, y aprender a superarlas es una parte importante del crecimiento, resaltó Borelli