IMPERIAL BEACH.- Gran reto enfrenta la alcaldesa de Imperial Beach, Paloma Aguirre y los 18 alcaldes del condado de San Diego en su lucha por lograr que el gobernador de California, Gavin Newsom, emita una declaración de estado de emergencia, debido a lo que ellos consideran “impactos devastadores que ha sufrido la región, tanto en términos de salud pública como de medio ambiente, debido a la contaminación masiva en el área del Valle del Río Tijuana”, cuando para el Secretario de Salud y Servicios Humanos, Xavier Becerra, el tema: “mucho trata no con el asunto de salud”.
Y es que el pasado 5 de octubre, durante la ceremonia del 20 aniversario de la Ventanilla de Salud en el Consulado de México en San Diego, Becerra respondió, a pregunta expresa sobre las acciones que su Agencia tiene contempladas ante el impacto en la salud por la crisis de contaminación en las playas del sur de San Diego, que “tratar el asunto del incremento de la contaminación que vemos, creo que México y los Estados Unidos, los dos entienden la importancia de esto, hace poco el Congreso brindó creo que más de 200 millones, y debo verificar esa cifra, para poder tratar con algunos de esos asuntos la frontera, y así, parte de eso era la contaminación del agua que va llegando por el Río Tijuana a las playas de esta área de San Diego, así que estamos trabajando sobre eso, pero mucho trata no con el asunto de salud…”.

Sorprendida al referirle la declaración anterior del Secretario Becerra para que diera su opinión, Paloma Aguirre manifestó que “es preocupante pensar que dijo algo así”.
Y es que la alcaldesa Aguirre destacó, la mañana del martes durante la presentación de la carta que han firmado y enviarán al gobernador de California, la gravedad de la situación, señalando que más de 100 mil millones de galones de aguas residuales han contaminado suelo, agua y aire en la región.
“Los residentes han experimentado una serie de enfermedades, desde problemas respiratorios hasta enfermedades gastrointestinales graves como neumonía y meningitis”.
Los expertos de la Universidad Estatal de San Diego han confirmado la presencia de cientos de químicos tóxicos en la región, lo que representa una amenaza significativa para la salud pública.
Además, la contaminación se ha extendido más allá del agua, afectando incluso la calidad del aire, según los hallazgos del Dr. Kim Prather de UCSD, mencionados por la Dra. Paula Stigler Granados, de School of Public Health.
Granados también enfatizó la necesidad de recursos y apoyo gubernamental para llevar a cabo investigaciones y soluciones a largo plazo.
Por su parte, Sarah Davidson, del programa Clean Border Water Now de Surfrider, calificó esta emergencias de salud pública y justicia ambiental como “una de las más importantes en nuestro país y aún tenemos que ver la intervención de las agencias públicas, cuyo propósito es proteger y abordar las amenazas a la salud pública”.
“El informe de Clean Border Water Now de 2023 publicado recientemente mostró que la calidad del agua no cumplió con los estándares de salud recreativa… y aquí en este muelle el agua ahora está tan inundada con contaminación tóxica que también ha degradado la calidad del aire, los trabajos de las personas y el transporte a la escuela”, precisó.
Los impactos económicos de esta crisis son significativos, con pérdidas millonarias para las empresas locales y el turismo. El Puerto de San Diego ha estimado entre 1 y 1,5 millones de dólares en daños a la propiedad debido a esta crisis.

Danielle Moore, vicepresidenta de la junta de comisionados del Puerto de San Diego, asentó que el llamado al gobierno estatal implica lograr la intervención de los CDC para medir los impactos en la salud.
“Nos han dicho que no es digno de una declaración de emergencia, pero les diré quién y qué es: son nuestros Distritos escolares los niños que juegan en el recreo y respiran aire tóxico los maestros y el personal que tienen que trabajar cerca de la contaminación son merecedores de una declaración de emergencia, los residentes que no pueden pasear a sus perros, ni dejarlos afuera, aquellos que no pueden ir a playas que han estado cerradas por más de 900 días consecutivos, aquellos que han sufrido problemas gastrointestinales y patógenos son dignos de una declaración de emergencia”.
“Los negocios que han cerrado por la ausencia de turistas, los turistas que ya no llegan a esta zona, son dignos de una declaración de emergencia. Ya es suficiente, los medios de vida están en juego”.
En un esfuerzo por abordar esta emergencia, los líderes comunitarios están solicitando la intervención de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) para evaluar y monitorear los impactos en la salud. Sin embargo, han encontrado obstáculos debido a la falta de una declaración de emergencia por parte del estado.
John Duncan, concejal de la ciudad de Coronado, también se sumó al llamado de acción, enfatizando que esta crisis no distingue fronteras ni afiliaciones políticas.
“Sé que esto puede sonar un poco tonto, pero este es un desafío para usted Gobernador, si usted nos dice: ‘estoy dispuesto a venir a Imperial Beach, tirar mi caña en este muelle, pescar un pez y comérmelo. Dejaré de molestarlo por el estado de emergencia”, sentenció.
Por su parte, Lauren Cázares, dando voz a 23 organizaciones, más de 2200 empresas miembros y más de 300,000 trabajadores en toda la región que la Cámara Regional de Comercio de San Diego representa, subrayó la importancia de la cooperación federal y estatal para mitigar esta crisis y proteger la economía local.
“El costo económico de la crisis de contaminación en las empresas locales, organizaciones sin fines de lucro y organizaciones comunitarias es de millones de dólares con pérdidas significativas de ingresos, daños y declives a la propiedad y turismo”.

Los representantes y firmantes de la carta coincidieron en que esta crisis de salud pública y ambiental requiere una acción rápida y decisiva por parte de todas las partes involucradas y toca al gobierno estatal sumarse a su llamado a la acción y al compromiso de trabajar juntos para encontrar soluciones a esta emergencia en curso.

