La señora Agustina tiene diabetes, “y quién sabe qué más tendré, hace tiempo que no me he checado”.
Dice que le duele ocasionalmente un costado, “y no es porque duerma de lado, eso no es”; también se desvela; se preocupa mucho por su condición migratoria.
“Que si busco ayuda soy carga pública y entonces ya nunca voy a arreglar; que si en cosa de una hora me ponen en Tijuana como a esa otra pobre señora. No van a tener cuenta todo lo que trabajé o ha trabajado mi hijo”, platica doña Agustina, de 72 años de edad.
Hasta ahora le han podido conseguir medicamento para controlar la diabetes en Tijuana, con receta y a buen precio, pero sin ningún análisis clínico durante años, desconoce si tendrá complicaciones.
La señora ha ahorrado un poco por si acaso enfrenta una emergencia de salud, pero considera que servirá “según de qué se trate, porque si la hospitalizan a una, pareciera que no hay dinero que alcance”.
Lo dice por experiencia, porque ya una vez la hospitalizaron, por dos días en el 2014, y la atención generó tal deuda que su hijo todavía la paga a plazos.
“Mire, qué le vamos a hacer. Trato de cuidarme, comer bien, compro mis tecitos, no hay de otra”, dice.
Pero sí podría haber de otra pronto, de acuerdo con el gobernador Gavin Newsom.
El estado de California tiene un superávit o excedente al presupuesto de cinco mil 600 millones de dólares. El gobernador propone que con parte de ese dinero, el estado otorgue servicios de salud a unos 27 mil adultos mayores de escasos recursos que se encuentran en California de manera indocumentada.
El gobernador propone que, como parámetro, el estado elija a los adultos mayores a quienes proporcionaría servicios de salud si aplica los mismos requisitos que usa para decidir qué residentes necesitan MediCal.
De aprobarse la propuesta del gobernador, California decidirá el presupuesto para los adultos mayores y comenzaría a proporcionar servicios a los adultos mayores indocumentados a partir del próximo año fiscal, que comienza el primero de julio.
Según un cálculo preliminar del estado de California, la atención médica a los mayores de 65 años indocumentados de bajos ingresos alcanzaría unos cien millones de dólares anuales.
Pero el gobernador considera que los precios podrían bajar si se aprueba otra iniciativa que ya presentó, para que California produzca sus propios medicamentos genéricos a bajo costo.
Esa propuesta pudiera reducir dramáticamente los costos. Por ejemplo, un medicamento comercial que en California puede llegar a costar hasta dos mil dólares, podría conseguirse en Canadá o Australia pro alrededor de 20 dólares, porque tienen propia producción genérica.
La de los adultos mayores es la segunda iniciativa de acceso a la salud para indocumentados que propone el gobernador.
Pero una ley que firmó en el 2019, California se convirtió el primero de enero en el primer estado del país que otorga servicios de salud a los indocumentados menores de 26 años de edad, lo que cubre a muchos de los dreamers.
En los dos proyectos de servicios, para indocumentados mayores de 65 años y menores de 26 años, el estado financía completamente, sin recurrir a apoyo federal.
Ni el gobernador ni su oficina ofrecieron comentarios sobre la propuesta del gobernador para dar salud a indocumentados mayores de 65 años.