Martha Meza durante la entrevista con El Latino San Diego. Foto: Horacio Rentería.

SAN DIEGO.- “Yo tengo que devolver un poquito de todo lo que Dios me ha dado”, dijo Martha Meza, una mujer que sufrió la violencia doméstica por 4 de sus ex maridos, que tuvo adicción a las drogas y deambuló por las calles de San Diego, al carecer de un techo para vivir.

“Yo fui una homeless, fui adicta a las drogas por muchos años y me hablaron de Dios y de la palabra, a mí me rescató una iglesia que se llama Alcance Victoria, de San Ysidro”, narró en entrevista con El Latino de San Diego.

“La iglesia”, continuó, “tiene un ‘Women Home’ y yo estuve ahí como año y medio o dos años”.

Recuerda, Martha, ¿por qué tuvo que tomar la calle?, le preguntamos.

“Falta de trabajo, falta de dinero, falta de comida”, enumeró, “es malo que lo diga pero, yo siempre digo que en México ni una tortilla dura te dan y aquí, cruzas para acá y se te resuelve todo, porque donde quiera te dan comida”.

“Yo soy emigrada desde chiquita y terminé trabajando”, dijo, “pero también cuando fue lo de los avionazos, lo del 911, se comenzaron a hacer unas filas tan largas que cuando ya cruzaba, ya quería llegar al trabajo  pronto”.

¿Todavía no era homeless?, le interrogamos.

“No, pero perdí el trabajo por la cruzada y todo eso. Aparte de eso mi trabajo siempre era limpiando cuartos de hotel como recamarera y nada más es era en el tiempo de verano cuando tienes trabajo y en el tiempo de invierno no hay trabajo de eso. Entonces era lo que yo sabía hacer. Y todo eso me llevó decayendo, decayendo y decayendo…”

Pero tras la dura vida que llevó, hoy la vida le ha vuelto a sonreír a esta mujer Latina, nativa de Tijuana.

El día 16 de febrero cumplí un año, el 18 era mi cumpleaños y me dijeron dos días antes que me viniera a mudar y pues yo me vine muy contenta”.

Martha se refiere al Estudio que ocupa en el lujoso edificio Santa Teresa de Calcuta, administrado por la Villa del Padre Joe, en el 14 e Imperial del centro de la ciudad de San Diego.

“La verdad se me hace imposible de creer que ya tenga un año, porque ya lo acabo de cumplir. Y todavía creo que estoy viviendo el sueño americano”, manifestó.

El Diácono Jim Vargas mencionó la similitud que existe entre el gran corazón de la Madre Teresa y su amor por las personas indigentes, una de las principales razones por las que el edificio lleva su nombre. Foto: Horacio Rentería/El Latino San Diego.

Visita a la nuevo edificio Santa Teresa de Calcuta

A la nuestra llegada al edificio fuimos recibidos por el Diácono Jim Vargas, Administrador de la Villa del Padre Joe, quien se encarga de la administración del mismo.

De entrada nos recordó el espíritu de generosidad de la Madre Teresa, quien siempre acogió y apoyó a los indigentes y los más pobres.

“Indigente que tengan la dignidad de no morir en las calles para tener una cama. Para los que están en las calles sin techo tengan un hogar. Y este edificio es para ellos”, señaló nuestro anfitrión

“Tenemos 14 niveles, que constan de 407 habitaciones, en cada piso tenemos un cuarto de comunidad;  viviendas asequibles y 500 personas viviendo en el edificio. La mayoría son estudios, pero tenemos también 24 que tienen un cuarto de habitación y 26 de dos cuartos de habitación podemos acomodar familias con niños, ancianos, veteranos” (80 de las viviendas son para ellos), describió en una rápida enumeración de la composición de la nueva villa para personas que no contaban con un techo donde guarecerse del frío, el calor y la lluvia.

Martha se muestra feliz de haber encontrado un hogar cómodo y que los elementos básicos para una vida agradable. Foto: Horacio Rentería/El Latino San Diego.

“De las 407, 270 son para personas con discapacidad y tienen problemas con adicciones. Porque lo importante no es solamente tener una vivienda o un hogar sino todos los servicios integrales que les ofrecemos cada día para que ellos puedan prosperar en su habitación”, dijo Vargas.

“Por eso es que el 96% de las personas que viven no solamente aquí porque nosotros tenemos unos cuantos edificios, pueden prosperar en sus hogares y no vuelven a las calles”.

Pese a todo, la proliferación de personas sin un techo en donde vivir se advierte en la mayoría de las calles próximas a la nueva villa de Santa Teresa de Calcuta.

Sin embargo, cuando le recordamos que a nuestra llegada al edificio vimos decenas de ‘homeless’ sentados o tirados sobre la banqueta exterior del mismo y que un edificio por cómodo que fuera no resolvía todos los problemas por los que pasan y sufren estas personas de manera cotidiana, nos respondió:

“Cada foco ayuda y estas personas no están en las calles”.

“Se inició en febrero de 2022. Duramos cinco años, no solamente la construcción que fue dos años, para llegar al punto de revolver la grama como dicen, demoró tres años para llegar a este punto. Tenemos que hacer mejor porque cinco años es mucho tiempo para la gente que está en la calle sufriendo, teniendo que esperar. Tiene que ser más rápido”, reconoció.

El Administrador de la Villa del Padre Joe abre la puerta de lo que será el Centro de Servicio y Educación para el Empleo y que estaría programado para iniciar operaciones en el verano próximo.
Aspecto de lo que será la flamante área para búsqueda de empleo.

Reportero: ¿Y hay planes para hacer otro edificio?

Diácono Jim Vargas: “Yo tengo dos propiedades aquí cerca que vamos a empezar el año que viene con la construcción de esas propiedades. Cada una va a tener como siete niveles y van a tener de 80 a 100 hogares cada una. El año que viene, ojala si Dios quiere, podemos entonces empezar la construcción para poder abrir las habitaciones, los edificios al fin de 2025”.

Los cinco principios o valores filosóficos básicos que sustentan a la Villa del Padre Joe.

Reportero: Y los fondos, ¿de dónde provinieron?

Diácono Jim Vargas: “Los fondos para la construcción son públicos, de la ciudad, del condado, del estado y del gobierno federal. Este edificio costó 150 millones y 95% son de fondos públicos ($140 millones), los últimos 10 millones fue una persona con un corazón inmenso de esta comunidad que se llama Tery Caster “tiene 92 años y que Dios me lo bendiga )”. Por su parte, Kimberly Cuevas, quien es la administradora de casos de la Villa del Padre Joe, indicó que los pasos para la selección de las personas que van a ocupar un lugar en este edificio se inicia desde que las personas son localizadas en su albergue o shelter, después son identificadas por personal del gobierno de la ciudad de San Diego y la decisión final la toma la Comisión de Vivienda de San Diego (San Diego Housing Commission).